La popularidad de los dispositivos móviles ha hecho que para muchos usuarios sea suficiente contar con un tablet o un móvil en viajes de ocio e incluso de trabajo. La productividad puede verse seriamente comprometida si uno tiene que utilizar los teclados virtuales en pantalla, así que entre los periféricos más comunes están los teclados acoplables a tablets o los teclados Bluetooth externos que ayudan a disfrutar de un mecanismo de entrada más potente para esos escenarios en los que es necesaria más productividad.
Eso es precisamente lo que trata de resolver el Universal Foldable Keyboard de Microsoft, un producto que básicamente traslada el concepto de las Type Cover de los teclados para los Surface pero le añade una opción singular: la de partir el teclado por la mitad para hacer que se pueda doblar y plegar, facilitando así su transporte.
Nos encontramos ante un producto que tiene tiene un precio de 99,99 euros, que se conecta a nuestros dispositivos a través de Bluetooth 4.0 y que además cuenta con una batería interna recargable que según el fabricante puede durar hasta 3 meses. En uno de los laterales del teclado tenemos precisamente un puerto MicroUSB para realizar esa recarga.
Diseño compacto y extraplano
Precisamente el punto más interesante de este teclado es su tamaño compacto cuando está plegado o cerrado. En ese caso las medidas son de 147,6 x 125,3 x 11,5 mm, lo que hace que quepa tranquilamente en el bolsillo de un abrigo (no en el de los pantalones, al menos en la mayoría de los casos, quizás en los bolsillos traseros) e incluto en el bolsillo interior de algunas chaquetas.
Una vez abierto el teclado tiene una longitud de 295,1 mm (el grosor se reduce a la mitad, obviamente), pero el resto de dimensiones son tan reducidas que parece casi un juguete al lado de teclados convencionales. El tacto es gomoso y recuerda en todo momento al de los teclados de los tablets convertibles Surface de Microsoft.
EL fabricante indica que el material con el que está realizado el teclado protege contra salpicaduras -pero no es sumergible-, y para cerrarlo Microsoft ha integrado unos pequeños imanes que funcionan a la perfección y mantienen el teclado perfectamente acoplado en todo momento si no lo abrimos con esa intención explícita.
Una vez abierto nos encontramos con una disposición de teclado dividida en seis filas de teclas en las que entre otras cosas destacan las ausencias: nada de teclas de función, o teclas especiales como las de Pausa o Imprimir Pantalla, aunque es cierto que es posible asignar esas funciones con aplicaciones que permitan crear atajos de teclado auxiliares.
La primer fila destaca por ser la que da acceso a algunas funciones multimedia, y a algo importante: la selección del sistema operativo con el que estamos trabajando: podremos emparejar el dispositivo con dispositivos Windows (incluidos los móviles con Windows Phone 8.1 Update 2 y Windows 10 Mobile), con iOS 7 o superior, y con Android 4.3 hasta Android 5.0. El botón de la esquina superior derecha precisamente permite que vayamos seleccionando con qué dispositivo queremos utilizar el teclado en cada momento, actuando así como un cómodo interruptor de selección.
En esa disposición hay varias decisiones de diseño curiosas, como el hecho de que no hay tecla Windows pero sí una tecla Fn/Cmd con el mismo logotipo de la tecla Cmd de los ordenadores de Apple, además de una lupa en la parte superior derecha para activar Spotlight en dispositivos iOS. Al usarlo en Windows 10 por ejemplo la tecla con el símbolo de una casa es la que actúa como tecla Windows.
Disposición y recorrido
La disposición del teclado está condicionada por su propio diseño: hay una separación clara entre las dos partes del teclado que hace que la curva de aprendizaje sea similar a la que podríamos tener con un teclado ergonómico. Las principales afectadas en mi caso son las teclas B y N. La primera, en la parte izquierda, confunde por esa posición (me he dado cuenta de que la pulso siempre con el índice izquierdo y en esta disposición me equivoco bastante al pulsarla) mientras que la letra N es bastante más grande de lo normal y a veces también provoca fallos durante la escritura.
En esa disposición también hay claros perjudicados. En Windows por ejemplo me confundió que la tecla Alt no estuviera justo al lado de la barra espaciadora, lo que hizo que al utilizar el intercambiador de tareas me equivocara continuamente al pulsar Cmd+Tab en lugar de Alt+Tab al trabajar con Windows. Esta es una muestra más de que el producto de Microsoft parece más pensado para dispositivos móviles iOS que para equipos y dispositivos basados en Windows.
Tambien había un problema con el acceso a algunas teclas específicas como las que permiten aplicar la tilde ortográfica cuando corresponde y sobre todo las que afectan a los cursores. El cursor derecho e izquierdo tienen un tamaño normal, pero los cursores de arriba y abajo comparten el espacio de una tecla, así que en realidad cada uno tiene el tamaño de media tecla: moverse por los documentos con esas teclas es por tanto algo poco cómodo.